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  • Foto del escritorGema María Sánchez Luján

Estudiar en tiempos de COVID-19

Actualizado: 14 jul 2020

Estudiar en tiempos de COVID – 19

El COVID – 19 ha dejado un rastro tras su paso, simplemente con la llamada “nueva normalidad” podemos percibir la huella en todos nosotros, sobre todo como sociedad. Nuestras rutinas y hábitos han sido alterados, hemos tenido que reinventarnos y adaptarnos. Pese a las primeras secuelas, la economía aún es una gran incógnita. Esta pandemia se ha llevado la vida de millones de personas, más que cualquier guerra. La educación ha sufrido un giro inesperado.


Desde el ámbito que nos compete, quisimos investigar los efectos que ha generado el confinamiento al colectivo de la facultad de educación, en concreto los estudiantes de los grados de Educación Infantil y Educación Primaria.


Hoy, como educadores y estudiantes, queremos ofrecer nuestra pequeña contribución a la reflexión sobre esta crisis. Una crisis sanitaria que ha afectado a todas las disciplinas, sin ninguna en excepción. En este caso la pensaremos desde la crisis educativa, con el objetivo de mejorar la calidad educativa y prosperar.


Nuestra investigación está inspirada en la primera radiografía a la Facultad de Educación que hizo la profesora de Sociología Natalia Simón, y decana del Colegio oficial de Ciencias Políticas y Sociología de Castilla-La Mancha, quien diseñó un cuestionario dirigido al alumnado universitario estudiante del Grado de Maestro de Infantil y Primaria de la Facultad de Educación de Toledo de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), para poder conocer los efectos que estaba generando el confinamiento.


El equipo de investigación compartió un cuestionario similar para el alumnado universitario estudiantes del Grado de Educación Infantil y Educación Primaria de la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia (UM). Este cuestionario online estuvo activo durante un periodo de 15 días, concretamente del 1 al 15 de mayo. Este documento es un diagnóstico de la realidad estudiada. El número de repuestas ha sido reducido con la finalidad de obtener una radiografía de lo que está ocurriendo.

Ilustración 1. Participación de los hombres y de las mujeres en la presente encuesta.


Entre los estudiantes que han participado en la encuesta el 10,41% son hombres y 89,58% son mujeres. La edad de los mismos está comprendida entre los 18 y los 43 años. Pese a la baja participación, se aprecia la diversidad en los contextos de los participantes, pues se ha obtenido representación en ambos grados, tanto del turno de la mañana como de la tarde. Además, en el Grado de Educación Infantil han participado todos los cursos (1º, 2º, 3º y 4º).


Los estudiantes se sienten agradecidos al participar en este cuestionario. En palabras de uno/a de los/as encuestados/as "gracias a ti por hacer este cuestionario y visibilizar la situación de muchos que no se les suele dar voz o voto” (Anónimo, 2020). Así pues, comenzamos a analizar los resultados, con la finalidad de conocer la situación de algunos estudiantes de la Universidad.


El 62,49% de los estudiantes de 21,9 años, confiesan sentir mucho o bastante miedo.


La media de edad de los estudiantes que han participado es de 21,9 años, pese a pertenecer a la población de bajo riesgo (por edad), el 62,49% confiesa sentir mucho o bastante miedo. El 22,91% ha sentido algo de miedo. El 4,16% ha sentido un poco de miedo. El 6,25% no ha sentido nada de miedo. Miedo proviene del latín metus que significa 'temor'. Actualmente la RAE define el miedo como: “angustia por un riesgo o daño real o imaginario” o “recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea”.


Lo cierto es que el COVID-19 ha provocado mucho miedo, pues es un riesgo o daño real. Una pandemia a nivel mundial, parece una trama de película de terror. Tenemos miedo de que suceda lo contrario a lo que deseamos. En este caso la enfermedad ha puesto en riesgo lo que más deseamos, la vida.


Esto explicaría que el 95,92% de los encuestados opinen que el nivel de gravedad del COVID-19 es alto o muy alto. Tan solo el 2,08% cree que el nivel de gravedad es medio.


Con respecto al COVID-19, el 4,16% ha cogido el coronavirus sin síntomas y sólo el 2,08% ha cogido el virus con síntomas, pero sin hospitalización. El resto de los participantes no cogió el COVID-19 y ni ha estado enfermo. Sólo el 4,16% ha convivido con gente que tiene el virus. En cuanto a familiares que padecen la enfermedad, solo el 12,5% afirma tenerlo, pero no conviven. El 4,16% lamentablemente confirma que ha muerto algún familiar a causa del COVID-19. El 6,25% tiene algún familiar que ha fallecido durante este periodo, pero no a causa de la enfermedad.


La salud y el dinero, siempre se han dicho que son los deseos más importantes en la vida, no obstante, ambos han sido tocados por la pandemia. A día de hoy podemos oír que “si no hay trabajo no hay vida” la crisis económica que se espera es una de las más grandes de toda la historia de España. Y ya se ven los efectos. El 10,41% ha sido despedido definitivamente debido al confinamiento por el COVID-19. El 12,5% ha sido despedido temporalmente (ERTE). Solo 2,08% no ha sido despedido y continúa trabajando durante el confinamiento. En cuanto a la situación laboral familiar, un 22,91% afirma que ha sido despedido algún miembro a causa del confinamiento. El 6,25 sigue con su trabajo (telemáticamente) y continúa estudiando.


Lo cierto es que los jóvenes quieren construir su propia vida, independizarse, pero ¿pueden? Durante el confinamiento el 93,75% de los encuestados viven en sus núcleos familiares (padres con/sin hermanos). Sin embargo, tan solo el 6,25% viven con sus parejas con/sin hijos. En este apartado puede resultar interesante, tener en cuenta que todos los estudiantes son mayores de edad y no están independizados.


La situación en sí misma no ayuda a estar tranquilos, lo cierto es que los medios de comunicación y redes sociales han agravado este pánico colectivo. Todos hemos sido víctimas de bulos y falta de información. Algunos ya la llaman la “pandemia del desconcierto”.


El 75% dice que está informado de lo que ocurre desde el inicio. Mientras que el 25% confiesa no estar siguiendo las noticias o no estar nada informado. En este sentido podemos preguntarnos ¿estar informado en exceso nos provoca miedo, pánico o angustia? Muchos estudios confirman esta relación.


La revista MUY INTERESANTE (2020) publica un artículo sobre los efectos del exceso de información durante el COVID-19: “Para un estudio publicado por The Lancet, se entrevistó a un grupo de personas que estuvieron en cuarentena por la epidemia de SARS en Toronto. Uno de los ejes por los que demostraron síntomas de depresión y estrés postraumático fue la información inadecuada. Si en 2003, cuando sucedió ese brote, las redes sociales no eran tan predominantes como ahora, ¿te imaginas cómo podríamos estar siendo afectados en la actualidad?” (párrafo 5).


Por otro lado, podríamos reflexionar sobre la información que ha sido omitida, por ejemplo, el número real de muertos y las condiciones de estos. En este sentido cabe resaltar que el 39,58% creen que el gobierno ha gestionado mal esta situación. Tan solo el 16,66% opina que lo ha gestionado bien. Mientras que 43,76% no ha respondido a la pregunta (¿cómo crees que se está gestionando esta situación?). El 37, 5% del alumnado de la Universidad de Murcia, opina que la situación la están gestionando mal tanto el gobierno como la región de Murcia. Tan sólo el 12,5% opina que ambos lo están dirigiendo bien. Sin embargo, un 14,58% opina que mal el Gobierno y bien en la región de Murcia y tan solo un 4,16% opina que el gobierno bien pero que la región de Murcia mal.


Todas las decisiones que se han tomado a nivel gubernamental, han afectado a enfermos y al miedo, pero queremos hacer hincapié en cómo ha afectado la situación a la salud mental de los estudiantes. Presentamos los porcentajes: el 79,19% siente mucha o bastante tristeza; el 72,91% siente mucho o bastante enfado; el 70,83% se siente mucho o bastante inseguridad y el 72,91% tiene mucha o bastante ansiedad. Aunque, resalta un rasgo emocional sobre el resto, el sentimiento que más se ha despertado es la empatía, el 87,5% afirma experimentarla estos días.


Una alumna nos ha escrito su testimonio sobre la situación que está viviendo estos días. A la pregunta ¿qué es el aspecto que más te está costando seguir con normalidad? Nos cuenta los desafíos que tiene que superar, aquí los enumeramos:

  1. “Compaginar los estudios con la vida actual que tenemos, tengo que ayudar en casa mucho más que antes, realizar tareas que otros miembros de la familia no pueden realizar por ser de riesgo (por ejemplo, comprar o todo lo que suponga salir al exterior)”

  2. “Concentrarme, sufro muchísimos ataques de ansiedad y tengo insomnio. Psicológicamente la situación ya es dura y la perdida de varios miembros familiares lo han hecho más duro aún”.

  3. “Lidiar con todas las tareas de la universidad se me hace cuesta arriba”.

  4. “Los gastos económicos, ya que tengo que seguir pagando el piso de estudiante pese a no estar”.

  5. “No poder volver a por mis apuntes y mis cosas o a mi piso para realizar desde allí los exámenes”.

  6. “Ser autodidacta”.

  7. “Cada vez que se produce un corte de internet o me cortan la luz de forma repentina me dan ataques de ansiedad al pensar que en un examen me puede suceder lo mismo. En muchos casos las compañías ni notan el fallo de internet, yo vivo en las afueras de un pueblo y el internet deja mucho que desear, cuando llamo a las compañías muchas veces ellos no tienen registrado ningún corte”.

  8. “Los rumores sobre cómo serán los exámenes ya que los exámenes no están siendo pensados para ayudar al alumno sino para machacarlo más todavía”.

  9. “A todo lo anterior le sumas el estrés por aprobar y no perder la beca porque si no, no puedo seguir estudiando”.

En estos retos coinciden muchos estudiantes. Ante la misma pregunta más del 60,41% responden temas relacionados con los exámenes. Tienen dificultad para estudiar, concentrarse y terminar la gran cantidad de trabajos. Además, algunos afirman que no entienden los contenidos porque no se los explican. Otros ni siquiera pueden recuperar sus apuntes (están en el piso de estudiante). El 10,41% hace referencia la ansiedad, insomnio o depresión. Mientras que sólo un 2,08% expresa que le cuesta hacer deporte (realizar ejercicio reduce la ansiedad, el insomnio y la depresión). El Trabajo Fin de Grado es un gran reto para 14,58% de los encuestados (el 29,16% está realizando el TFG), es decir, el 50% de los estudiantes que están realizando el TFG están teniendo problemas para desarrollarlo.


Mas del 20% de los estudiantes no cuentan con los suficientes medios tecnológicos.


El 77,08 % cuenta con suficientes medios tecnológicos para poder desarrollar los estudios desde casa. Sin embargo, el 22,91% restante no cuenta con los suficientes medios tecnológicos para poder continuar sus estudios en estas condiciones.


Se les ha preguntado a los estudiantes, en medida temen que esta situación influya en terminar con éxito este curso, el 87,49% sospechan que va a terciar mucho o bastante la consecución del curso.


El 39,58% no está siguiendo sus estudios con normalidad, les está siendo imposible. Mientras que el 41,66% afirma que está siguiendo con normalidad los estudios de todas las asignaturas en las que está matriculado. Sin embargo, el 16,66% está siguiendo con normalidad los estudios de algunas asignaturas, pero no todas las matriculadas.


Durante el confinamiento el 62,49% de los estudiantes ha podido mantener sus rutinas diarias, entre ellas estudiar.


Conocemos la situación de los alumnos, pero queremos saber más, ¿cómo creen que se está gestionando desde la Universidad de Murcia? Más del 60% opina que se esta gestionando mal o muy mal. A estos se les une un 33,33% que opina que es mejorable. Se les pregunta ¿qué podría mejorar? Pese a que las respuestas son abiertas, encontramos muchas coincidencias y podemos clasificarlas.


El 35,41% pide que el profesorado tenga empatía con ellos y ellas, necesitan que se tenga en cuenta al alumnado y hagan puestas en común para que puedan ayudar a tomar decisiones. Muchos nos cuentan que necesitan respuestas de cómo serán los exámenes y métodos alternativos de evaluación. O en su lugar que los exámenes tengan una dificultad media-baja, puesto que los contenidos no han sido dados con regularidad. Necesitan que se les ofrezcan tipos de examen de aquellas asignaturas que han tenido que cambiar su formato, como las matemáticas. Pide que se adapte el contenido y la metodología a la situación, así como los sistemas de evaluación. En este sentido más del 25% pide que haya clases online, donde se respeten los horarios. Necesitan tutorización y ayuda con ciertos contenidos, que les orienten, representan el 8,33%. Algunos reclaman que se les haya pedido nuevos apartados para trabajos relevantes como: el TFG y el PRACTICUM. Entre las dificultades encontradas relacionadas con estos trabajos está que no se ha abierto el servicio de préstamo de libros. Creen que no se les debe exigir más de lo que tienen. Otros piensan que las prácticas de este año se deberían realizar el próximo curso, pues ven esta asignatura como una de las más importantes del grado. Piensan que es un momento donde prima más lo teórico que lo práctico, ya que no disponen de los medios adecuados para desarrollar ciertos casos prácticos. El 10,41% mejoraría la gestión y poner en marcha las medidas mucho antes. Los estudiantes que están realizando el prácticum, han tenido dificultades para: acceder al tutor de Universidad (12,5%), acceder al tutor del centro (10,41%) y encontrar las variables que les piden por la situación del COVID-19. En el caso de los que están realizando el TFG, se han encontrado estas dificultades: no poder acceder a los centros para realizar el trabajo de campo planteado en el TFG (12,5%); la reestructuración de todo el planteamiento inicial del TFG (14,58%); encontrar información al contar solo con material electrónico; saber cómo desarrollar el trabajo y estructurar los apartados; una vez escogida la línea 1 o 2, no poder optar a la 3 o 4.


Nuestra intención ha sido recabar todos los testimonios, pero por espacio es imposible. Resumiendo, otras cuestiones con menos coincidencias, pero no por ello menos importantes. Se requiere que los docentes aprendan a usar las TIC de cara a saber desenvolverse en situaciones de emergencia. Anónimo (2020): “a veces hacen las cosas más difíciles por no conocer las suficientes herramientas digitales y no elegir correctamente”. Esto nos evoca la pregunta de Parcerisa (2001), “¿Servir al material o servirse del material?”. Los recursos que utilicemos deben servirnos para llevar a cabo nuestro objetivo, para ello hay que realizar una selección adecuada previamente. Tanto es la necesidad de utilizar las TIC que algunos necesitan no pasar todo el día con el ordenador (exceso de su uso; comparten ordenador con otros).


Para concluir el apartamos evocamos las palabras de una alumna, que ha resumido los aspectos que mejorarían la mayoría de estudiantes: “¿Qué es más importante que el alumno aprenda los contenidos y le sirvan para su futuro, o que los memoricemos y no nos "copiemos" porque en realidad no hemos aprendido nada?” (Anónimo, 2020). La estudiante opina que un buen método de evaluación para dichos grados es el desarrollo de unidades didácticas, ya que es un aprendizaje funcional que les servirá para su camino profesional. Propone que se pidan labores propias de un maestro, en lugar de exámenes tipo test. Lo justifica, exponiendo su caso, alega no disponer del tiempo suficiente para contestar a las preguntas, además en muchos casos no puede contestar correctamente porque no le han enseñado los contenidos. Cree firmemente que se puede evaluar mediante la realización de una unidad didáctica por cada asignatura. En palabras de la universitaria: “en una unidad didáctica que yo tenga que diseñar es difícil copiarse y podrán evaluar realmente si he aprendido y si lo que hemos estudiado lo sabemos aplicar a la realidad”. Esta misma se une a la petición de otros tanto, y no es más que empatía. Necesita que sean más flexibles; que se les escuche; que tengan en cuenta las distintas situaciones familiares; su situación psicológica (lo que dificulta la consecución del curso); la dificultad para concentrarse (pues viven con familiares) y que se revalore la masificación de tareas que solo cuenten un 15% de la nota.


Vemos que esta situación ha sido difícil para toda la humanidad, en este caso vemos cómo docentes y estudiantes sufren las secuelas del confinamiento. Pero se habla de una renovación en el sistema educativo, las TIC, las grandes olvidadas han cobrado uno de los papeles más importantes dentro de toda la comunidad educativa (y en otros ámbitos). De tal catástrofe renacemos con grandes oportunidades. Demostrando una vez más la gran capacidad que tenemos la especie humana para reinventarnos. Con la finalidad de mejorar, hemos creído necesarias realizar estas preguntas: ¿en qué medida crees que esta situación generada por el Coronavirus nos ayudará a mejorar como sociedad? El 25% cree que esta situación nos hará cambiar bastante nuestras actitudes o que habrá cambios asombrosos en toda la sociedad. El 37,50% piensa que nos hará cambiar algo, pero no mucho o que nos hará cambiar un poco. Sin embargo, el 18,75% estima que nos seguiremos comportando exactamente igual. Mientras que solo el 6,25% valora que no mejorará nada y que iremos a peor. En cuanto al sistema educativo, el 50% cree que seguirá igual, por tanto, no habrá ninguna mejora. El 22,91% cree que cambiará algo, pero no mucho o un poco. Mientras que solamente un 6,25% dice que cambiará bastante, al contrario que el 18,75% que empeorará.

Volviendo a una perspectiva más positiva, durante el confinamiento más del 68% de los encuestados ha descubierto lo importante que es la familia. En este sentido mostramos una gráfica sobre las actividades que más se han realizado, comparamos si se realizan solo o en familia.



Sobre la base de las ideas expuestas, ¿el alumnado ha podido cumplir las condiciones de confinamiento decretadas por el Gobierno? Durante el confinamiento oficial decretado por el Gobierno, solo un 8,3% ha salido sin tener ninguna necesidad. Aunque en general 35,41 % admite que ha salido de casa. Las causas justificadas han sido: el 6,25% ha salido para trabajar; el 56,25% ha salido a comprar; el 27,08 ha salido a pasear con algún familiar; el 37,5% ha salido a pasear a una mascota; el 14,58% ha salido a realizar alguna gestión administrativa autorizada y el 14,58 ha salido al médico.


Además, el 2,08% ha salido a ayudar como voluntario y el 12,5% ha salido para poder cuidar a una persona enferma o mayor, pese a las condiciones desfavorables.


En síntesis, la comunidad de estudiantes cumple con las normas decretadas, incluso algunos se prestan voluntarios para ayudar a conocidos y desconocidos.

Bibliografía

Manjavacas, F. (2020). Radiografía universitaria del confinamiento: así afecta a los estudiantes de la Facultad de Educación de Toledo. Recuperado el 19 de junio de 2020, de https://toledodiario.es/radiografia-universitaria-del-confinamiento-asi-afecta-a-los-estudiantes-de-la-facultad-de-educacion-de-toledo/

MX, M. (2020). Exceso de información en la pandemia: los riesgos de saturarte - Muy Interesante. Recuperado el 19 de junio de 2020, de https://www.muyinteresante.com.mx/salud-y-bienestar/exceso-de-informacion-en-la-pandemia-los-riesgos-de-saturarte/

Parcerisa Aran, A. (2001). ¿Servir al material o servirse del material? Evaluar los materiales curriculares para mejorar su uso. Kikiriki Cooperación Educativa , 44-49.

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